lunes, 29 de agosto de 2011

RIVER INDEPENDIENTE de Mza comentarios de la Segunda fecha



RIVER INDEPENDIENTE de Mza  comentarios de la Segunda fecha



Los primeros diez minutos del partido le dieron a River un baño de realidad. De ahora en más, nada le será fácil. Deberá acostumbrarse a equipos rocosos y macizos a los que tendrá que perforar con paciencia budista. Si llega a desesperarse en el proceso, fracasará en el intento de volver rápido a la elite. 
Ese arranque del encuentro ante Independiente fue el compendio de todo lo que los millonarios no deben hacer. Tanto pecó River de ingenuo que la penitencia fue recibir un gol: dudaron atrás Maidana y Díaz, Chichizola amagó salir y no salió, y Ferradas aprovechó para poner en ventaja a los mendocinos. Antes, Lázzaro había estrellado un remate -pateó casi desde la Cordillera- en el travesaño y el propio Ferradas desperdició el rebote. 
River recién se acomodó cuando se vio en desventaja. Fue un sopapo que necesitó padecer para recomponerse. Abajo en el marcador, los dirigidos por Matías Almeyda dejaron de lado el glamour -el de la historia, el de las contrataciones estelares de Cavenaghi y Domínguez- y se pusieron el overol. Fueron once obreros en busca de una pelota y, al menos, de un gol. 


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